Por León David García Ramírez | Head of Retail Cheil México
Desde el inicio el homo sapiens ha sido un ente social. La interacción organizada determinada entre grupos de seres humanos, ha estado presente desde hace más de 100 mil años. Basado en la necesidad de intercambiar posesiones materiales, pieles por navajas de piedra, lanzas por carne, fruta por un animal vivo. Aunado al intercambio de posesiones estaba un arcaico intercambio de servicios. Los que salían a cazar y los que cuidaban a los más pequeños. Los que recolectaban leña y los que preparaban los espacios para dormir.
Esta interacción basada en el intercambio de bienes o servicios ha sido una constante y una profunda característica que nos define como seres sociales.
El comercio, como un fenómeno primitivo, fue evolucionando hasta establecer escalones de sofisticación poco a poco, más complejos. Desde los primeros mercados primitivos para hacer trueque, la venta al por menor se fue creando. La diferencia en el producto, calidad, servicio, diferencias de valor, valor percibido, oferta, demanda, promoción, prime location, precio, disponibilidad, stock, logística, almacenaje, promotoría, aging, training, business intelligence, recopilación de datos, diseño de espacios comerciales, etc. Al final, la sofisticación a través de cientos de años, ha ido evolucionando en una disciplina que conjunta diferentes especializaciones que convergen en un solo objetivo: La experiencia de compra.
El punto de venta es el cierre de todos los esfuerzos de comunicación de una marca. Es la culminación de un diversificado esfuerzo para llegar a un solo fin.
La planeación estratégica de comunicación omnicanal, apoyado con tecnología, conlleva integrar conocimientos y prácticas que normalmente no se consideraban en el marketing tradicional. El consumidor ha transformado su comportamiento, su criterio de compra y sus referencias, que hacen que las marcas se transformen también. Marcas que crecen, compañías que mueren o se transforman.
Resilencia.
La demanda minorista actual del comprador indefinido le da a las marcas un desafío más complejo para satisfacer, comprometer y mantener una relación sólida con sus clientes. En Cheil México, enfrentamos constantemente estas situaciones con nuestros clientes, y trabajamos juntos, muy de cerca, para entender lo que está sucediendo, desde un punto de vista más profundo. Pero no trabajamos en el presente. Nos centramos en el futuro y en el pasado. Las tendencias, los comportamientos y las tecnologías que definen la próxima experiencia minorista.
Entonces, cuando nuestros clientes nos preguntaron cuál sería el futuro en el comercio minorista, la respuesta puede ser completamente diferente y eso depende de la marca, la oferta del producto, el canal, la ubicación y el contexto cultural. Sin embargo, hay algunos puntos generales que podemos poner como pilares, los cuales debemos tener en cuenta.
El cambio tiene presencia permanente en consideraciones de diseño minorista. Entonces, la expectativa será mayor. El comprador exigirá cambios masivos en un período de tiempo más corto. Sin embargo, eso no significa que la marca tenga que sucumbir a lo que exige. El Retail estratégico se vería obligado a desarrollar nuevas formas de brindar experiencias duraderas y significativas.
La paciencia ha terminado. La lealtad estaba muerta hace algún tiempo. Si la expectativa no se cubre rápidamente, el comprador cambiará a la oferta más atractiva. La competencia será más feroz. Los imitadores se irán perfeccionado. Es por eso que la marca y el minorista deben estar alineados con el comprador. En el mismo momento al mismo tiempo.
Como organismos vivos sociales, nos conducimos con asociaciones tribales. Por mucho que queramos ser individuos, prevalecerá la infinita necesidad de pertenecer a alguien o en algún lugar. Las ventajas tecnológicas brindarán a las marcas una forma más rápida y económica de personalizar los productos y las experiencias en torno al comprador.
En todos lados. Esa es una realidad ahora mismo. Pero será de una manera más sólida y madura. No solo medios físicos y digitales y masivos. No solo por partes segmentadas u ofertas o plataformas. Pero como una historia continua, en la que el comprador no verá las diferencias, porque todo estará perfectamente alienado.
La transacción de venta no significa el final de la relación. La marca y sus productos silvestres serán juzgados permanentemente. Cualquier defecto, cualquier detalle puede encender una conversación masiva alrededor. Para bien o para mal, la marca estará en manos del comprador.
Este es un hito sin cambios. Si el comprador no se identifica con la oferta, el producto, la experiencia, la marca de una manera más profunda, la oportunidad de ser solo una venta etérea será una realidad y el cambio de decisión del comprador se dará en el futuro. La posición de empatía se construirá con cuidado para alinearse con sus estilos de vida, sentimientos, necesidades, pero debe ser de todos, en torno a sus principios morales.
En Cheil, nos enfocamos en el desarrollo de mercadotecnia en la tienda, la estrategia de la experiencia del comprador, la venta al por menor del canal Omni, la planificación y desarrollo de proyectos, el diseño de puntos de venta. Desde Brand DNA, a través de Concept Construction, Partnerships Evaluation y OnSite Implementation, con soluciones que van de la mano de la tecnología.
Cheil siempre se comporta en colaboración con los recursos adecuados en el negocio, la organización y la cultura del cliente para fortalecer su proyecto.
Construyendo relaciones de colaboración que aumentan el valor, lo que brinda y expande futuras oportunidades comerciales Nunca debemos olvidar que La historia de la marca crea una narración que invita a crear empatía y promover el descubrimiento mediante la exploración, la creación y la interminable relación de la marca con el cliente y el usuario.